Decálogo para la correcta aplicación del Pilar 2

Decálogo para la correcta aplicación del Pilar 2

Decálogo para la correcta aplicación del Pilar 2

El Pilar 2 del proyecto BEPS de la OCDE/G20 ha dejado de ser una mera propuesta técnica para convertirse en una realidad fiscal con impacto global. Tras años de negociaciones entre los Ministerios de Hacienda de más de 140 jurisdicciones, se ha diseñado un impuesto complementario que garantiza que los grandes grupos empresariales —tanto multinacionales como, en Europa, también nacionales— tributen al menos un 15% de tipo efectivo en cada país donde operan.

Este nuevo marco fiscal se aplica exclusivamente a los grupos cuya facturación consolidada anual supere los 750 millones de euros, lo que lo convierte en una medida dirigida a los grandes grupos multinacionales y grandes grupos de empresas a nivel nacional.

Además, de buscar desincentivar la competencia fiscal a la baja por parte de los estados, lleva a cabo una suerte de armonización de bases imponibles, al establecerAdemás, de buscar desincentivar la competencia fiscal a la baja por parte de los estados, lleva a cabo una suerte de armonización de bases imponibles, al establecer reglas comunes para determinar el resultado contable ajustado, base sobre la cual se calcula el impuesto complementario

Sin embargo, su implementación práctica plantea importantes desafíos:

  • Complejidad normativa: El impuesto complementario no es una extensión del impuesto sobre sociedades, sino un tributo independiente con su propio lenguaje, definiciones y modalidades (impuesto complementario nacional, primario y secundario).
  • Calidad del dato: La precisión en el cálculo del tipo efectivo depende en gran medida de la calidad de la información financiera y fiscal que se recopile desde todas las filiales del grupo. Un software sofisticado no compensa datos incompletos o mal estructurados.
  • Coordinación global: Los equipos fiscales deben coordinarse con múltiples jurisdicciones, cada una con sus propias normas contables y fiscales, lo que exige una planificación meticulosa y una comunicación fluida.

Este decálogo no pretende ser una guía exhaustiva, sino una herramienta práctica para ayudar a los grupos afectados a identificar los retos y adoptar un enfoque estratégico y riguroso en la aplicación del Pilar 2.