INCIDENCIA DEL CORONAVIRUS EN LAS COMPETICIONES DE FÚTBOL Y POSIBLES SOLUCIONES

La infección por el Coronavirus (SARS-CoV-2) ha provocado que desde hace unos días se vengan sucediendo los anuncios de las organizaciones deportivas suspendiendo, cancelando o aplazando las diferentes pruebas previstas en el calendario deportivo nacional e internacional.

En el ámbito nacional, concretamente en el fútbol, la Liga Nacional de Fútbol Profesional (LaLiga) ha acordado aplazar, al menos, dos jornadas de las competiciones de carácter profesional que organiza (Primera y Segunda División) y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha hecho lo propio con la final del Campeonato de España / Copa de S.M. el Rey (la Copa del Rey) y ha acordado la suspensión de todos los partidos de fútbol y fútbol sala masculino y femenino no profesional de ámbito estatal durante 2 semanas.

Estas medidas, necesarias sin duda y que son de naturaleza similar a las adoptadas en otros sectores como la hostelería, el turismo, la educación, etc. acarrearán un importante impacto económico negativo en los diferentes agentes que actúan en el fútbol (ligas, federaciones, clubes, futbolistas, entrenadores, árbitros, etc.) generándose pérdidas económicas a nivel comercial, laboral, etc. Un impacto económico que es difícil evaluar en estos momentos toda vez que no se conoce el alcance temporal que, finalmente, tendrán estas medidas.

Una de las cuestiones que mas trascendencia tiene en el ámbito futbolístico, es conocer si las competiciones van a terminar de disputarse o no, antes del inicio de la siguiente temporada, máxime cuando se está planteando el aplazamiento de la Eurocopa de Fútbol (junio-julio) y los Juegos Olímpicos (julio – agosto).

En el ámbito del deporte europeo, en contraste con el deporte profesional estadounidense, concurre el hecho de que las competiciones son abiertas, esto es, se producen ascensos y descensos entre ellas, lo que tiene un gran impacto deportivo y económico en los clubes. El Reglamento General de la RFEF establece en su artículo 191 que los equipos adquieren, mantienen o pierden su categoría en función a la clasificación final de las competiciones de la temporada y con efectos al término de la misma.  

El Reglamento General de la RFEF también prevé que, en caso de fuerza mayor o circunstancias excepcionales, la RFEF pueda suspender total o parcialmente las competiciones, así como prorrogar o reducir los períodos de inscripciones, en coordinación, en su caso, con la LaLiga.

Sin embargo, las normativas de la RFEF y de LaLiga no contemplan regla alguna sobre la determinación de la clasificación final en caso de que las competiciones se suspendan y no se puedan disputar las jornadas restantes.

La forma en que LaLiga y la RFEF decidan cubrir esta laguna legal será determinante para el futuro deportivo y económico de muchos clubes.

Tras un análisis preliminar de la situación, entendemos que los escenarios pasan por ser tres y todos ellos presentan problemas para su implementación. A continuación, analizamos en qué consisten cada uno de estos tres escenarios:

  1. Tener la competición por no disputada.

En principio, no parece que opción sea demasiado adecuada, especialmente debido al momento de la temporada en que nos encontramos, en que se han disputado más del 70 % de los partidos de competición.

La esencia deportiva de la competición se vería perjudica y se generaría un importante impacto económico negativo en distintos aspectos: los pagos por los derechos audiovisuales de la competición, los cuales los clubes han percibido progresivamente durante la temporada, las relaciones laborales entre clubes, futbolistas y técnicos, que son relaciones de tiempo determinado (artículo 6 del Real Decreto 1006/1985 por el que se regula al relación laboral de los deportistas profesionales) cuya duración corresponde a la de las temporadas deportivas, etc.

  1. Dar la competición por concluida.

Este escenario consistiría en aplicar analógicamente las consecuencias clasificatorias que se producen cuando un club es excluido de la competición (artículo 77 del Código Disciplinario de la RFEF).

De acuerdo con esto, en las competiciones por puntos, se respetan todas las puntuaciones obtenidas por los clubes hasta el momento y en el resto de los encuentros a celebrar se da por vencedor a los oponentes por el resultado de la media de los goles encajados por el equipo excluido. Esta es, por ejemplo, la solución que se aplicó cuando el club Reus Deportiu fue expulsado de LaLiga en la temporada 2018/2019.

Dado que en el caso que nos ocupa no hay clubes excluidos, la solución podría pasar por asignar el resultado de empate a cero goles a los partidos que quedan por disputarse.

La mayor dificultad de este escenario se encuentra en la forma de resolución de la Final de Copa del Rey y las eliminatorias por el ascenso y descenso entre las diferentes competiciones.

  1. El aplazamiento de la temporada 2020-2021

La temporada 2020/2021, que tiene su inicio previsto el 1 de julio de 2020, pero podría verse aplazada el tiempo necesario para que puedan disputarse las jornadas restantes, dentro de un calendario comprimido e iniciarse posteriormente, por ejemplo en otoño de 2020.

Este escenario pasaría por cumplir con dos condiciones ineludibles. La primera es que la competición actual debe terminar antes del final de la temporada (30 de junio de 2020), ya que en esa fecha finalizan los contratos de trabajo de muchos futbolistas y extender la competición más allá de esta fecha supondría una alteración grave de la integridad de la competición.

La segunda de las condiciones es que la UEFA aplace el Campeonato de Europa 2020 (Eurocopa) de Selecciones Nacionales, lo que permitiría poder disputar partidos en el mes de junio, siempre y cuando se den las condiciones sanitarias para hacerlo, claro está.

Otros problemas que se presentarían son el respeto de los periodos vacacionales de los jugadores, la compresión de los calendarios y la dificultad de coordinar las fechas de las competiciones nacionales, europeas e internacionales.